“Esto no es la queja de una niña petulante”
"Para Apple, con amor". Así comienza la crítica carta abierta que Taylor Swift ha dirigido a la compañía de la manzana en relación a su nueva plataforma musical de suscripción, Apple Music.
Hace unos meses, la rubia estrella del pop decidió sacar su música de Spotify apuntando a una política de remuneración que consideraba injusta. Ahora es la compañía de Tim Cook la que está en su punto de mira, y la razón es la misma: pasta, dinero, parné. Al menos en la superficie.
Swift comienza su carta deshaciéndose en elogios hacia Apple, pero... hay una china en su zapato que ha tensando la relación entre las partes.
La artista no está nada contenta con la idea de Apple de ofrecer su servicio de suscripción de manera gratuita durante tres meses, porque durante esos tres meses Apple no pagará a los artistas que la gente escuche.
Esa era al menos la pretensión inicial de la compañía, una idea cuyo anuncio hace pocos días fue recibido con una intensa ola crítica por parte de la industria musical independiente. La bienquerida Swift está lejos de sufrir las estrecheces de esa industria 'indie' quejumbrosa, pero considera la medida"chocante, decepcionante, y completamente impropia de una compañía históricamente progresista y generosa". De ahí su llamada al complot. Porque su carta no es tanto una queja personal, como una demanda de justicia que va más allá de este caso concreto.
No se trata de mí, se trata de las nuevas bandas
"Esto no es la queja de una niña petulante y echada a perder", aclara Swift. "Son los sentimientos de cada artista, compositor y productor de mi círculo social que no se atreve a hablar públicamente porque todos admiramos y respetamos a Apple muchísimo".
Parece que el respecto se rompió. "Tres meses es mucho tiempo para estar sin cobrar, y es injusto pedirle a la gente que trabaje a cambio de nada (...) Nosotros no os pedimos que nos deis iPhones gratis. Por favor, no nos pidáis que os demos nuestra música sin compensación".
Esas palabras y sus posibles consecuencias —a nadie le agrada el efecto llamada que pueda tener el mensaje de una de las mayores estrellas pop de la actualidad— han sido suficientes para que Apple se baje los pantalones.
La compañía de Cupertino ha tardado 24 horas en rectificar .
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